La audiencia ha decidido que Begoña Alonso abandone Supervivientes y que Yoli siga su aventura en la isla. A esta última, por cierto, esta vez la defendía desde el plató su marido, Rafael Amargo (por si las moscas...).

Así que a Begoña le ha tocado dar el beso de Judas de rigor, antes de irse. Y como era de esperar (o no: ¿por qué no se lo ha dado a su amiga Wilma, que se quiere marchar de la isla?), se lo ha plantado a Escassi. Dice que no es venganza, que solo es porque la semana pasada él la nominó a ella por una razón injunta, ya que, en realidad, no fue la segunda más votada. Eso es venganza, ¿no?

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